RANCHERIASTEREO

jueves, 24 de diciembre de 2020

MENSAJE DE NAVIDAD



Por: Juan Rincón Vanegas
@juanrinconv
"Desde hace 40 años se escucha el mejor ‘Mensaje de Navidad’
El compositor Rosendo Romero Ospino, supo inspirarse con el corazón en la mano e hilvanar letra con melodía para que Diomedes Díaz y Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza, le dieran el golpe justo a esa canción hasta quedarse metida en todas las navidades
Avanza el mes de diciembre de 2020 con muchas diferencias a los anteriores pasando a estar quietos en casa, guardando distanciamiento obligatorio y usando tapabocas. En medio de todo a pesar de la larga cadena de tristezas que sacude al mundo llega nuevamente el inolvidable ‘Mensaje de Navidad’ con sus arbolitos, pesebres, luces, regalos y palabras alentadoras. A la par aparecen bellas canciones con esa temática, siendo Rosendo Romero Ospino, el más laureado.
Unos dicen, que buena las navidades
es la época más linda de los años,
pero hay otros que no quieren acordarse
de la fiesta de año nuevo y aguinaldo.
La imaginación le llegó a ‘El Poeta de Villanueva’, en el momento preciso del mayor estado del alma y no había ningún escape porque su memoria estaba ocupada con los recuerdos, dando todas las facilidades para que se convirtiera en canción. Si, esa canción que marcó su corazón para toda la vida.
Así lo hizo, aprovechando el viento a favor porque las añoranzas las tenía al cerrar y abrir los ojos, encontrándose de frente con la fiesta más linda del año donde los tiempos de Dios son perfectos.
Rosendo Romero, no es de los cantautores que saca azúcar del fondo del mar, tampoco eleva una cometa sin hilo y menos pesca en río revuelto, sino aquel que se encarga de recrear su pensamiento con la dulzura de la vida, a estar en línea directa con el alma enamorada y fijar su vista en aquel ayer que le respira cerca.
El registro del calendario con su numeración perfecta indica que hace 40 años nació la canción ‘Mensaje de Navidad’, la misma que no ha dejado de sonar en la voz de Diomedes Díaz y el acordeón de Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza.
El mismo compositor lo señaló. “Tenía la idea, tenía los recuerdos, y en base a esta fiesta nació la canción que para esta época no deja de sonar”.
No había que darle más espacio al silencio para ponerlo a contar el relato que le agrada porque fue un especial mensaje cantado.
Al sumar los años se sorprendió. ¿“Dios santo, hace 40 años hice esa canción?, exactamente en una casa del barrio Los Alpes de Barranquilla, logrando unir la alegría con la tristeza, esa que se siente en esta fecha especial de cierre del año”.
Siguió meditando al evocar aquellos momentos. Se emociona contando en detalle la historia pegada a su piel que lo convirtió con el paso del tiempo en ‘El cantor de las Navidades’, haciendo posible que todos se identificaran y cantaran esta obra que es un himno en el tiempo de pesebres, villancicos, aguinaldos y de integración familiar.
El génesis de su obra cumbre que demoró haciéndola algunos días cuando tenía 27 años, lo relató con precisión como sus versos. “En el año 1970 Jorge Oñate le grabó al compositor Emiro Zuleta la canción ‘Diciembre alegre’, la cual me la pasaba cantando en mi natal Villanueva. Esa canción influyó mucho”.
Diciembre alegre te fuiste
diciembre alegre vendrás,
y de aguinaldo solo me diste
bello diciembre, un poco
de cosas para recordar.
Siguió contando pausadamente. “Con esa canción tuve el impulso necesario para componer un auténtico ‘Mensaje de Navidad’. Me fui llenando de requisitos y tenía la intención de darle vida pronto, pero no me llegaba el momento y comencé a comprar tarjetas y conocer más a fondo del tema”.
En aquellos famosos mensajes de las tarjetas, encontró algo escrito por unas manos desconocidas, donde se decía: “Que en esta fiesta de Navidad la magia sea tu mejor traje; la sonrisa el mejor regalo, los ojos el mejor destino y tu felicidad mi mejor deseo”.
Al remover nuevamente las añoranzas continuó diciendo. “Eso me permitió meterme en mis propias navidades que fueron muy hermosas y otras no tanto, porque nosotros recibíamos de aguinaldo una bolita de inflar, un pitico de lata y un buñuelo”.
No muy bien había terminado la última palabra se llevó la mano derecha al rostro y sintió por dentro ese ayer que continua intacto en su memoria. Se quedó callado por un minuto eterno, y al reencontrarse con el diálogo expresó. “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”.
Más adelante volvió a tomar el rumbo de la charla. “Esa obra me ha concedido un gran reconocimiento. Me siento satisfecho por el cariño que me expresan la gente, más en este tiempo que la cantó y la escuchó por distintos medios, y más ahora en los celulares”.
De esta manera desde el año 1980, la canción ‘Mensaje de Navidad’ comenzó a sonar, siendo motivo de alegrías y de muchas nostalgias que se calcan de inmediato en el pensamiento de los que la disfrutan y también lloran.
Los años han pasado y Rosendo Romero sigue recordando su niñez, su juventud, y trayendo a colación los hechos que marcaron su vida, siendo el alimento necesario para inspirarse y añadirle al folclor vallenato nuevas canciones que hoy hacen parte de su inventario musical.

El protagonista
De repente hizo un inusitado regreso al comienzo de su relato señalando que el protagonista de esa canción fue su tío Luis Ramón Ospino Campo, quien se quedaba allá en la serranía lleno de tristeza y acompañado de la soledad.
A él le mandó directamente ese mensaje de cariño que se hizo extensivo al mundo y que hoy es el mejor regalo para el alma.
No paró de contar los hechos de esas navidades que vivió al lado de los suyos. “Antes la Navidad era algo sublime y muy esperada. Tenía magia, los niños y niñas eran felices con regalos sencillos, pero cambió el modo de vivir porque el progreso y la tecnología abarcaron todo. Definitivamente ahora la Navidad es un pretexto comercial y lo espiritual poco pesa”.
Seguidamente puso muchos ejemplos de su época cuando el niño Dios era el centro de esta fiesta. “El pesebre y los villancicos eran el mejor escenario para recordar el capítulo del nacimiento de Jesús en Belén. La religiosidad primaba ante todo y eso se ha venido perdiendo”.
La canción ‘Mensaje de Navidad’, le saca lágrimas a Rosendo Romero al acordarse de las vicisitudes que vivieron sus padres Escolástico Romero Rivera y Ana Antonia Ospino Campo, ‘La Nuñe’, para sacar adelante a su familia.
“Ellos, nos guiaron por el camino del amor al terruño, al prójimo y a las cosas bellas de la vida donde Dios marcaba el camino”, recalcó el cantautor.
En su hogar no se cansa de darle oficio al recuerdo al haber logrado con su ‘Mensaje de Navidad’ permear las tristezas, darle un bocado dulce a los dolores y perfumar las alegrías.
Cantor de las navidades
Este villanuevero nacido en el barrio El Cafetal, el campesino quien durante 19 años estuvo metido en la Serranía del Perijá, se considera ‘El cantor de las Navidades’, canción grabada por Daniel Celedón e Ismael Rudas.
Todo lo sustenta al entregar un mensaje sincero, agradable, espiritual y lleno de nostalgia con visos de alegría.
“Repito que la canción ‘Mensaje de Navidad’ ha sido toda una bendición y más grabada en su momento cumbre por Diomedes Díaz con el acordeón de Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza, la primera voz de Jairo Serrano y esa excelente agrupación, Fue la continuación del éxito que se llama ‘Fantasía’, esa que todos conocen”.
Sin mucha prisa teniendo su memoria conectada con la fiesta de fin de año y todas las nostalgias juntas conceptuó.
“Llegar esta canción a 40 años, y seguir sonando como el primer día, es un logro enorme. Son 40 años en que pude abrir un camino hacía un movimiento musical que no existía en la música vallenata y hoy en día gracias a Dios, hay muchos compositores que le cantan a la Navidad”.
Enseguida contó una de tantas anécdotas de alegrías, tristezas y religiosidad alrededor de la canción.
“Recuerdo tantas, pero se me ocurre contar de una joven religiosa que en la calle se me acercó diciéndome que Jesucristo era quien se había quedado solo en los cerros. Esa apreciación me gustó, pero la anécdota del que se quedó allá es completamente distinta, pero esa conclusión es válida porque Jesucristo murió en un cerro y resucitó en otra parte”.
Al preguntarle el por qué a esa canción le puso competencia con ‘Navidad’, grabada por el Binomio de Oro (Rafael Orozco e Israel Romero), entregó una respuesta inesperada. “No le hice competencia, sino que mi hermano Israel comenzó una canción con esa temática y la dejó tirada. Tiempo después me pidió el favor de terminarla. Lo hice y se la entregué. Cuál no sería mi sorpresa cuando la grabó con Rafael Orozco, apareció a mi nombre”.
De inmediato sonrío y manifestó. “No me puse bravo, pero sinceramente es de los dos, y fue un detalle bello de mi hermano”. Soltó una larga carcajada cuando se le preguntó si compartían las regalías de esa obra musical.
Después de eso se dedicó a replicar ese tema con varias obras y la más reciente que compuso fue hace ocho años llamada ‘Mil navidades’ que grabara Martín Elías Díaz con el acordeonero José Fernando Romero.
Si me preguntan de las fiestas cual me gusta
siempre respondo las navidades,
es muy difícil encontrar alguien que nunca
tuvo un aguinaldo inolvidable.
Allá en mi pueblo, sobre los cerros
había un lucero que siempre imaginé,
que era la estrella que iban siguiendo
los reyes magos, camino hacía a Belén.
En medio del recorrido por su historia musical Rosendo Romero, se quedó meditando y luego anotó. “La canción mía por preferencia es ‘Mensaje de Navidad’, por la temática del nacimiento de Jesús y por todo lo que ha significado en mi vida”.
Sin detenerse seguía exponiendo detalles de esa obra inmortal y la indagarle con cuál frase se quedaba, en vez de una escogió tres.
1.- “El tiempo que se fue no vale nada. Que mueran los recuerdos que nos duelen”.
2.- “Si la gente usa oro y nada más, preocupada por el lujo y la apariencia, olvidando el dinero celestial que se gana compartiendo con nobleza”.
3.-…”Y el que llora y sufre las penas, que se olvide del año viejo, si tiene un corazón sincero verá en el firmamento las estrellas”.
Al pronunciar esas frases la entrevista llegó a la desembocadura del pensamiento cuando la brisa decembrina acariciaba los rostros de los presentes.
Miró a un lado y sin pensarlo tomó su guitarra, la llevó a su pecho, con sus dedos acarició las cuerdas e interpretó esa obra sublime del cancionero vallenato, la misma que suma cuatro décadas, la que nunca se pone vieja y que él no se cansa de entonar.
Pregonando este mensaje yo he venido
a decirles con el alma y con grandeza,
que se olviden de los recuerdos
y se llenen de parabienes.
Les deseo próspero año nuevo
y ventura pa’ lo que viene.
Al momento de la despedida y cuando se había traspasado la barrera de la terraza de su casa en el barrio El Cerrito de Valledupar, el maestro Rosendo Romero hizo una petición difícil de cumplir. “Por favor, no me vaya a hacer llorar con la crónica”.
Si, difícil, porque las lágrimas siempre han sido el desahogo de las tristezas, las muestras de las emociones, y más en este tiempo marcado por el silencio de los adioses del destino."

domingo, 13 de diciembre de 2020

ESOS DICIEMBRES VILLANUEVEROS



Cuantos recuerdos de los diciembres de los 60, los 70 y los 80 en Villanueva (La Guajira), esos fueron los que viví a plenitud allí y a ellos quiero referirme.

Los que regresaban a pasar vacaciones, familias enteras que encontraron acomodo en otras tierras y los estudiantes que lo hacían fuera, desempacaban y a saludar  se dijo, eran muchos los familiares y amigos a quien darles un buen abrazo, también venían los días de paseos al rio o a las fincas,  pero antes era un deber  la visita y la oración a los patronos  Santo Tomas y  La Candelaria.

En los 60 yo era de los que esperaba a los que retornaban,  muchos  eran mis amigos y  salía a acompañarlos en estas obligaciones. Caminábamos por las calles empedradas  y donde tocaba entrabamos sin golpear, las puertas solo se cerraban en  la noche, después de los saludos de rigor venían las atenciones, un tinto por aquí, un tinto por allá, un refresco  de las frutas en cosecha y hasta un dulce casero con un vaso de agua fría, por la noche el encuentro en las esquinas para ponernos  al día con  los cuentos, las historias, los chistes y los juegos , no pasaba mucho tiempo cuando se había programando el baile, la parranda, el paseo y en el peor de los casos un juego de dominó. Las décadas subsiguientes eran iguales, el único cambio para mí era que yo llegaba, estudiaba por fuera y  ansiaba el regreso y Villanueva me esperaba con toda su inmensidad.

Para todos no era igual, ya lo canto Rosendo Romero en su “Mensaje de Navidad”

“Unos dicen que  buena las navidades 

Es la época más linda de los años 

Pero hay otros que no quieren acordarse

 De la fiesta de Año Nuevo y aguinaldo…”

A muchos de los paisanos los deberes y compromisos  no les permitían esos “lujos” y  forzosamente frenaban el 24 en la tarde, para celebrar el 25, incluso algunos ni bajaban a la población, el día de navidad era como cualquier otro 

“No tienen, no tienen felicidades

Como aquel que se quedo sobre los cerros

No tienen, no tienen felicidades

Como aquel que se quedo sobre los cerros…”

De todos modos la gran muchachada se divertía sanamente. 

Había tiempo para el baile, las orquestas de Reyes Torres y Juancho Gil estaban afinadas para esa faena, igual los conjuntos de Hugues Rosado, Egidio Cuadrado, Beto Murgas, Rafael Romero y Víctor “El Bombero” y si de parranda se trataba salían a la palestra: Emilianito Zuleta Díaz, Norberto Romero,  el inigualable Julio Escobar (QEPD);  también,  pero con menor demanda,  Enrique “Quique” Murgas e Israel Romero.

Los paseo a fincas  cercanas y a las poblaciones de El Molino y  Urumita eran una delicia, buen trago, buena música y deliciosa comida donde el sancocho era el rey

Los juegos eran divertidos, muchos muchachos y algunos adultos llenábamos  las calles por las tarde a darle a la pelota o a la chequita, por la noche la locura era “la lleva” o “la libertad”, aunque había muchos juegos.  El domingo era impélale el partido de futbol en la cancha “El gol”, allí arribamos y compartíamos los villanueveros sin distingo de clase, el apoyo al equipo de la tierra era total. Casi no perdíamos porque contábamos con jugadores de calidad: Cameo,  Alambrito, Pundo Ferreira, Laureano, Publio Daza, Jaime y Oswaldo Guao entre otros,  o porque se regó la fama que: “equipo que gana en Villanueva lo levantan a piedra”;  que yo recuerde sucedió una sola vez, cuando nos ganó el equipo de La Paz y apenas se subieron al bus empezaron con unos cantos provocadores.

El 8  se prendía Villanueva, sonaba su mejor música, la pirotecnia lucia en muchas esquinas y los artificieros preparaban la “Vaca Loca” para que Franco González la  corriera desbocado  por toda la plaza, ya Lucho García se había bajado del techo donde estuvo encarapitado desde la mañana empapando la palma, con una manguera,  para evitar que un volador, un buscapié  o cualquier chispa acabara con su vivienda.

Nunca faltaron las novenas,  llenas de luces y villancicos, en las madrugadas sonaban las campanas llamando a misa y de ahí a comer arepuelas donde Luisa Bolaño y el 24 y el 31 las grandes fiestas en familia donde sobraban los abrazos y los buenos deseos        

“Pregonando este mensaje yo he venido

A decirles con el alma y con grandeza

Que se olviden de los recuerdos

Y se llenen de parabienes…”

MENSAJE DE NAVIDAD

lunes, 7 de diciembre de 2020

Diomedes Díaz puso a Colombia a prender velitas



Por :Juan Rincón Vanegas

Desde hace 27 años ‘El Cacique de La Junta’, al lado de Juancho Rois, le pusieron un nuevo vestido musical a la canción ‘Las cuatro fiestas’ del compositor Adolfo Echeverría-

Corría el final del año 1993 cuando Diomedes Díaz al lado del acordeonero Juancho Rois, aparecieron en la producción musical ‘Fiesta Vallenata’ con la canción ‘Las cuatro fiestas’ de la autoría del compositor barranquillero Adolfo Ernesto Echeverría Comas, causando la mejor sensación.
Estos artistas guajiros le pusieron un nuevo ropaje musical logrando que 27 años después siga sonando, y sea la más cordial invitación al acto popular de prender las velitas e irse de largo a celebrar el año nuevo y los carnavales.
Que linda la fiesta es
en un ocho de diciembre
al sonar del traqui traqui,
que sabroso amanecer.
Con ese ambiente prendido
me dan ganas de beber.
La pascua que se avecina
anuncia la Navidad,
un año nuevo se espera
que dan ganas de tomar.
Esta canción fue grabada el domingo tres de septiembre del año 1961 en la voz de la cantante Nury Borras, acompañada del cuarteto que integraban el guitarrista Ángel Monsalvo, el baterista Rafael Guardo, el bajista Eugenio García y el clarinetista Alex ‘Muñecón’ Acosta.
Precisamente el compositor Adolfo Echeverría, quien nació el tres de septiembre de 1932 y murió el 20 de diciembre de 2018, contó en su momento la manera como grabó ese obra insigne del folclor colombiano.
Él vendía ropa, pero tenía una cantidad de composiciones y decidió con sus propios recursos grabar una de ellas, ‘Las cuatro fiestas’, con la finalidad de tratar de mejorar su situación económica.
Es así como invirtió sesenta pesos y comenzó su inédita aventura al tener la cinta en sus manos que era su cédula musical.
Con todo el optimismo viajó a Medellín con su maleta llena de esperanzas y su gran tesoro, pero no fue acogido por las disqueras entregándole diversos argumentos que no era lo mejor.
Se regresó para Barranquilla, trayendo en su mente otro proyecto que consistía en plantearle al empresario Mario Ochoa, propietario de una discotienda para que le pagara el prensaje de 50 discos de 78 revoluciones.
Esta vez, le sonó el clarinete y comenzó el proceso que arrojó el más grande resultado porque en aquella ocasión llegaron a vender más de cinco mil copias.
Adolfo, entusiasmado porque Dios le sonrió con ‘Las cuatro fiestas’ se alegró más porque las emisoras comenzaron a programarla.
Desde ese momento mejoró su situación económica y sus canciones comenzaron a ser grabadas por diversos artistas y agrupaciones del orden nacional e internacional.
De esa manera la canción se convirtió en éxito y con varias versiones hasta una en inglés, sobresaliendo la grabada por Diomedes Díaz.
El maestro Adolfo Echeverría en sus últimos años de vida sufrió serios quebrantos de salud, pero de la misma manera se le rindieron diversos homenajes por su invaluable aporte como cantante, compositor y precursor de la música tropical en Colombia.
Así la grabó Diomedes
Diomedes Díaz Maestre, no solamente le dio un nuevo aire a la mencionada canción de Adolfo Echeverría en la producción musical de ‘Fiesta vallenata’, que se entregaba cada año por la Sony Music, sino también lo hizo con ‘Matilde Lina’ (Leandro Díaz), ‘Vení, vení’ (Isaac Villanueva), ‘Lucero espiritual’ (Juancho Polo Valencia), ‘El muerto borrachón’ (Miguel Beltrán), ‘Color moreno’ y ‘Diana’ (Calixto Ochoa), entre otras.
La historia es como sigue. Cuando se acercaba el remate del año Diomedes Díaz en sus presentaciones solía cantar canciones de la temporada como ‘Cantares de Navidad’.
El cajero José del Carmen ‘Tito’ Castilla, cuñado de Diomedes Díaz, en una ocasión le sugirió que cantara ‘Las cuatro fiestas’ y estuvo de acuerdo.
“Cuando la escuchó dijo que esa iba para el disco de ‘Fiesta vallenata’ y habló con Juancho Rois, para que hiciera lo suyo. De ahí arrancó todo y vea que se convirtió en soberano éxito que a pesar del paso del tiempo no ha dejado de sonar”, comentó Tito.

Después citó el hecho que no estaba en el cronograma de la grabación y era incluirle un clarinete. “Llegó un músico bastante lleno de años, y nosotros decíamos, será qué ese veterano dará la talla en la grabación. El hombre nos tapó la boca porque lo grabó de una sin equivocarse. Después, supimos que era ‘Muñecón’ el mismo que había grabado la primera versión”.
En inglés
La mencionada canción se fue bien lejos porque hasta fue interpretada en inglés llevando ese mensaje musical a distintos lugares del mundo.
Lo jocoso de ese tema fue que nunca se pudo traducir la palabra “Traqui, Traqui”, que es un fuego artificial que se lanza comúnmente en el mes de diciembre durante la Navidad.
‘Las cuatro fiestas’ no dejan de escucharse, principalmente en la voz de Diomedes Díaz, porque es el hilo conductor para saber que las alegrías suenan en todos los corazones provocando esa natural nostalgia, principalmente en este bendito diciembre.

@juanrinconv

lunes, 30 de noviembre de 2020

ALBERTO CONSTANTINO RADA OSPINO "EL GALLO NEGRO"

 

Por: Juan Rincón Vanegas

Alberto Constantino Rada Ospino, nacido en El Difícil, Magdalena, el 18 de agosto de 1941 buscó la corona de Rey Vallenato durante 15 años hasta que en 1993, la alcanzó siendo la persistencia su virtud inocultable.
A la persistencia se le suma la presentación de canciones inéditas de su autoría que sumaron 60, distribuidas en 15 paseos, 15 merengues, 15 sones y 15 puyas.
El récord que ostenta ‘Beto’ Rada, será imbatible por las nuevas generaciones porque fue incansable, talentoso y muy pegado a las raíces de ese vallenato de historias cotidianas con esa cadencia y alegría al ejecutar el acordeón.
Cada año ‘Beto’ Rada hacía una preparación minuciosa, y a pesar que en muchas ocasiones estuvo cerca, siete veces segundo e igual número en el tercer puesto, no se arrugó, sino que confiaba en su manera de ejecutar el instrumento sagrado del vallenato tal como se le había enseñado su papá, el juglar Francisco ‘Pacho’ Rada Batista.
Aquella hazaña sucedió hace 27 años en la tarima ‘Francisco El Hombre’ de la plaza Alfonso López, cuando él contaba con 52 años.
En esa ocasión interpretó y cantó las siguientes canciones de su autoría. Paseo, ‘El gallo negro’; Merengue, ‘Llegó el pollo a la valla’; Son, ‘Cuando yo muera’ y la Puya, ‘Yo soy el que toca y canta’. En la caja lo acompañó Renzo Sierra y en la guacharaca, su hijo, Roberto Rada Andrade.
A los pocos días de alzarse con la anhelada victoria compuso una canción donde plasmó su testimonio de haber escrito su nombre con letras de oro en la historia del Festival de la Leyenda Vallenata.
Se oyeron versos bonitos de mi memoria
quedó mi nota plasmada en el pedestal,
y con mi nombre y mi apellido
pasé a la historia del festival.
En aquella ocasión cuando tuvo en sus manos el esquivo trofeo entregó la más precisa declaración que estuvo pegada a sus sentimientos. “Me llené de gran emoción. Puedo decir que en el marco de mi corazón están mis padres Francisco Rada y María Ospino, mi esposa, María del Socorro Andrade, mis ocho hijos, toda mi familia y haber sido Rey Vallenato es lo máximo en mi vida folclórica”.
Enseguida añadió. “Me faltó poco por hacer. Todo lo que he realizado está bueno. He servido al vallenato con amor y espero nunca olviden a este viejo, ‘El gallo negro’, que no pidió nada y dió mucho”.
‘Beto’ Rada, durante 70 años estuvo tocando su acordeón. Todo comenzó cuando tenía ocho años y se le presentó a su padre ‘Pacho’ Rada, tocándole la canción ‘El cerrote’. En ese momento la admiración del legendario acordeonero fue total, dándole el visto bueno a su hijo para que continuara, no sin antes recalcarle que fuera fiel a la música vallenata auténtica. Y de esa línea nunca se salió.

El gallo negro
‘Beto’ Rada, acordeonero de dinastía, siempre hizo referencia a que era un gallo que iba listo a pelear con el acordeón al pecho. Él, se puso el nombre de ‘El gallo negro’ haciendo varias canciones festivaleras.
Yo si soy el gallo negro
Uepaja,
el que no respeta pinta
pa' pelear
Yo si soy el gallo negro
Uepaje,
que llegando a la gallera
se vá a vé.
También se recuerda la canción ‘Volvió el gallo’ donde daba a conocer su valentía con el acordeón y las ganas complacer al pueblo vallenato.
Ya volvió el gallo a la valla
dice el pueblo vallenato,
seguro que va a traernos
otras nuevas melodías.
Este acordeonero veterano el día que le correspondió la despedida ante la coronación de un nuevo monarca, cantó un obra sentida y llena de las realidades de su vida.
Aquí está el Rey Vallenato del año 93
vengo a entregar la corona,
y me dan ganas de llorar
y aquel que se la entregue
tiene que tocá y cantá
porque yo con sacrificio
así fue que me la gané.
En el año 2014 el Rey Vallenato tuvo una satisfacción que anhelaba y era ver una de sus canciones grabadas por el cantante Silvestre Dangond. Efectivamente, en la producción musical ‘Sigo invicto’ apareció ‘El mismo de siempre’.
Todo pasó cuando ‘Beto’ Rada, fue invitado por el cantante para escuchar sus canciones en la casa de su manager Carlos Bloom.
Él, tomó su acordeón y comenzó a tocar y cantar con una firmeza extraordinaria para lograr el objetivo.
Como soy noble y sencillo muchos se imaginan
que no me doy la importancia que me debo dar,
son personas ignorantes que viven la vida
confunden la petulancia con la honestidad.
Ay no se equivoquen conmigo
que soy el mismo de siempre
Yo vivo feliz con mi gente
y mi gente feliz conmigo.
No muy bien había terminado la primera estrofa, Silvestre dijo: “Maestro, esa es”, pero él insistió en que le escuchara otra. Entonces, se ratificó que esa era.
Cuando todo había quedado definido ‘Beto’ Rada, hizo una petición para que mejor no le grabara a él, sino a su hijo, el compositor Eliécer ‘Cheche’ Rada.
Silvestre lo abrazó y le manifestó. “Maestro, que nobleza la suya, pero voy a grabarle a usted, porque su hijo es joven y le vendrán muchas oportunidades”.
Así de ese tamaño era ‘Beto’ Rada, el mismo de siempre, porque se la pasó el mayor tiempo de su vida abrazando su acordeón que a su propia mujer. El mismo que no supo doblegarse en las derrotas, porque en el camino había desquite.

Los últimos días del Rey Vallenato
Los constantes quebrantos de salud hicieron que se retirara de las parrandas, no volviera a grabar, ni hacer sus recorridos por esos pueblos donde lo admiraban y aplaudían.
Quedó conminado a estar paseándose entre el cuarto y la sala hasta que una isquemia cerebral lo hizo estar recluido en un centro asistencial donde falleció el sábado 30 de noviembre de 2019, siendo sepultado con todos los honores por su gesta que lo llevó a ser ese Rey Vallenato que nunca claudicó hasta que obtuvo la victoria.
Aquel hijo, Eliécer ‘Cheche’ Rada, a quien llevó ante Silvestre Dangond para que le grabara, sigue en la lucha musical, defendiendo su dinastía y próximamente entregará en su voz la canción ‘Regalo de Dios’.
Este es el homenaje escrito al hijo de Francisco Rada Batista y María del Rosario Ospino Ospino, quien se gastó largos años tocando su acordeón y siendo ejemplo de persistencia, fe y amor al folclor. Además, de sumar 60 canciones inéditas para al final coronarse como Rey Vallenato.