Por: Antonio Daza Orozco
Cuantos recuerdos de los diciembres de los 60, los 70 y los 80 en Villanueva (La Guajira), esos fueron los que viví a plenitud allí y a ellos quiero referirme.
Los que regresaban a pasar vacaciones, familias enteras que encontraron acomodo en otras tierras y los estudiantes que lo hacían fuera, desempacaban y a saludar se dijo, eran muchos los familiares y amigos a quien darles un buen abrazo, también venían los días de paseos al rio o a las fincas, pero antes era un deber la visita y la oración a los patronos Santo Tomas y La Candelaria.
En los 60 yo era de los que esperaba a los que retornaban, muchos eran mis amigos y salía a acompañarlos en estas obligaciones. Caminábamos por las calles empedradas y donde tocaba entrabamos sin golpear, las puertas solo se cerraban en la noche, después de los saludos de rigor venían las atenciones, un tinto por aquí, un tinto por allá, un refresco de las frutas en cosecha y hasta un dulce casero con un vaso de agua fría, por la noche el encuentro en las esquinas para ponernos al día con los cuentos, las historias, los chistes y los juegos , no pasaba mucho tiempo cuando se había programando el baile, la parranda, el paseo y en el peor de los casos un juego de dominó. Las décadas subsiguientes eran iguales, el único cambio para mí era que yo llegaba, estudiaba por fuera y ansiaba el regreso y Villanueva me esperaba con toda su inmensidad.
Para todos no era igual, ya lo canto Rosendo Romero en su “Mensaje de Navidad”
“Unos dicen que buena las navidades
Es la época más linda de los años
Pero hay otros que no quieren acordarse
De la fiesta de Año Nuevo y aguinaldo…”
A muchos de los paisanos los deberes y compromisos no les permitían esos “lujos” y forzosamente frenaban el 24 en la tarde, para celebrar el 25, incluso algunos ni bajaban a la población, el día de navidad era como cualquier otro
“No tienen, no tienen felicidades
Como aquel que se quedo sobre los cerros
No tienen, no tienen felicidades
Como aquel que se quedo sobre los cerros…”
De todos modos la gran muchachada se divertía sanamente.
Había tiempo para el baile, las orquestas de Reyes Torres y Juancho Gil estaban afinadas para esa faena, igual los conjuntos de Hugues Rosado, Egidio Cuadrado, Beto Murgas, Rafael Romero y Víctor “El Bombero” y si de parranda se trataba salían a la palestra: Emilianito Zuleta Díaz, Norberto Romero, el inigualable Julio Escobar (QEPD); también, pero con menor demanda, Enrique “Quique” Murgas e Israel Romero.Los paseo a fincas cercanas y a las poblaciones de El Molino y Urumita eran una delicia, buen trago, buena música y deliciosa comida donde el sancocho era el rey
Los juegos eran divertidos, muchos muchachos y algunos adultos llenábamos las calles por las tarde a darle a la pelota o a la chequita, por la noche la locura era “la lleva” o “la libertad”, aunque había muchos juegos. El domingo era impélale el partido de futbol en la cancha “El gol”, allí arribamos y compartíamos los villanueveros sin distingo de clase, el apoyo al equipo de la tierra era total. Casi no perdíamos porque contábamos con jugadores de calidad: Cameo, Alambrito, Pundo Ferreira, Laureano, Publio Daza, Jaime y Oswaldo Guao entre otros, o porque se regó la fama que: “equipo que gana en Villanueva lo levantan a piedra”; que yo recuerde sucedió una sola vez, cuando nos ganó el equipo de La Paz y apenas se subieron al bus empezaron con unos cantos provocadores.
El 8 se prendía Villanueva, sonaba su mejor música, la pirotecnia lucia en muchas esquinas y los artificieros preparaban la “Vaca Loca” para que Franco González la corriera desbocado por toda la plaza, ya Lucho García se había bajado del techo donde estuvo encarapitado desde la mañana empapando la palma, con una manguera, para evitar que un volador, un buscapié o cualquier chispa acabara con su vivienda.
Nunca faltaron las novenas, llenas de luces y villancicos, en las madrugadas sonaban las campanas llamando a misa y de ahí a comer arepuelas donde Luisa Bolaño y el 24 y el 31 las grandes fiestas en familia donde sobraban los abrazos y los buenos deseos
“Pregonando este mensaje yo he venido
A decirles con el alma y con grandeza
Que se olviden de los recuerdos
Y se llenen de parabienes…”
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