RANCHERIASTEREO

viernes, 21 de diciembre de 2018

ANDRÉS LANDERO, UNA HISTORIA


Por: Graciela María Morillo Araujo


El hijo de Rosalba Landeros e Isaias Guerra, Andrés Gregorio Landero Guerra, aprendió a querer la tierra que le permitió forjar el sentido de compositor, apoyado siempre por su padrastro Dolores Estrada y Rosalba Landeros, de la que lleva su apellido e intransigencia. 

Desde los ocho años visitaba el monte fascinado con el canto de los pájaros, ayudando esto a su sentido musical. Por eso le ha cantado a todo, desde la mujer hasta el ave silvestre. 

En su haber tiene una herencia musical, su padre Isaias Guerra, fue un gaitero diestro, quien anduvo con Toño Fernández, por los confines de la región, haciendo sonar el instrumento mágico que deja ensoñaciones a quien la escucha. Su abuelo fue un reconocido tamborero.

Andrés, se independizó de su hogar a la edad de 17 años, y construyó su propio mundo, comprando una parcela donde cultivó tabaco. Cada domingo bajaba del monte a la casa, en una de esas visitas, una tarde logró escuchar al acordeonero del pueblo "Pello Arrieta", tocando "El Tigre Mono", le fascinó y lo silbó durante muchos días, como si aquel disco lo hubiese embrujado, con los acordes de aquella composición. Los habitantes de la región están convencidos que a Landero, lo asustó El diablo, solo porque no le hizo caso al viejo Caro, un vecino quien le pidió que no silbara tanto ese "Tigre Mono", pero desobedeció la sugerencia del "Maestro" y como represalia, el demonio le silbó durante horas y horas.

Miguel Landero, sería el mecenas de la época y le compró al viejo "Pacho" Rada, un acordeón en 60 pesos, pero el afortunado no fue el primo, si no Andrés , quien aprendió a sacar notas, se volvió un diestro para ejecutar el instrumento.

Su debut se hizo frente a los matarifes de San Jacinto, y ganó 12 pesos. Todos quedaron asombrados con el joven acordeonero, fue cuando le dijo a su progenitora: " me voy pa´la música". Su primer acordeón se lo regaló un Turco, como le dicen en nuestra tierra a todos los árabes. La primera composición, "Alicia la campesina", fue un homenaje a un amor que no sería el primero ni el último.

Nació en San Jacinto (Bolívar) el 4 de febrero, y formó su primer conjunto con Antonio Yaspe, Juan Gregorio Ortega, y Vicente Fernández y se casó con Lastenia Blanco. Como compositor, cuenta con más de 400 composiciones, en las que se destacan: "Flamenco, las miradas de Magaly, Perdí las Abarcas, El Clarín de la Montaña, Cariñito y la Pava Congona", con este último tema ganó el festival de Sincelejo en 1966. También ganó el Festival Sabanero de Arjona en 1967 y en el Festival de la Leyenda Vallenata ocupó el segundo lugar. 

Los viajes empezaron y Landero realizó giras a Venezuela, Panamá, República Dominicana y México. En éste país, fue declarado «Rey de la cumbia».

Nunca se olvidará esa carga de nobles intenciones, que siempre tuvo García Márquez, para que Andrés Gregorio, ganara una versión del Festival Vallenato. Además era un fiel admirador del toque de su acordeón. Andrés fue homenajeado como Rey Vitalicio en el Festival Vallenato de 1999 y falleció el 1 de marzo del 2000. Nos queda una sola tarea, luchar por nuestros compositores, acordeonistas, exaltarlos y valorar sus creaciones en aras de que no se pierda en el olvido lo que han hecho por el folklor.

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