Por Jesús Vides
Este
es uno de los tantos casos en que la historia de la música vallenata está en
deuda.
El
maestro Julio Morillo nos enseñó a cantar y cuando digo a cantar es a cantar de
verdad. Los que de una u otra manera estamos en la música sabemos que oír a
Julio Morillo en los más de 300 discos en los que ha participado como corista,
haciendo voces en la música vallenata que antes de él no habíamos oído porque
no existían y no existían porque nacieron a partir de él.
Él
lo inventó, él fue su creador. Antes de Julio Morillo las Voces de los coros
vallenatos no se grababan así. Solo nosotros sabemos cuanto nos enseñó, cuanto
le debemos en la formación de nuestro oído musical. Gracias Maestro.
En
mi caso particular recuerdo con mis amigos de infancia escuchando los primeros
discos de Diomedes Díaz y los de Jorge Oñate con Juancho Rois y los muchos más
que siguieron de otros artistas, etc., esperábamos los coros de Julito y
tratábamos de hacer esa voces maravillosas, eternas, mágicas, sublimes, casi
celestiales. Nos poníamos una mano en el oído a manera de retorno porque lo
veíamos a él en las casetas haciendo eso, lo imitábamos, competíamos para ver
quien lo hacía mejor, quien se parecía más a Julio Morillo. Los más adelantados
musicalmente nos olvidábamos de la Voz líder del disco, de las primeras voces,
del acordeón, nos olvidábamos de todo, queríamos escuchar las diferentes voces
que hacía Julio. No era fácil, ese don lo traen pocos y cada vez los retos eran
más difíciles, cada nuevo disco nos sorprendía con algo extraordinario. Julio
Morillo nos dijo sin decirlo: “Así se hacen los coros”. Las diferentes variantes
melódicas y “caídas” de sus segundas, terceras ó sus sextas voces siempre
fueron insospechadas, innovadoras, increíbles. Yo era como un niño entrando en
una juguetería, en una dulcería, no sabía cual Voz escoger, todas las quería
para mi. Yo era Julio y me sentía orgulloso. Confieso que caí rendido a sus
pies cuando escuché “El Dilema de mi vida”, “Mujer marchita”, “El gavilán
mayor”, etc. Todavía al escuchar algunos de sus coros memorables me pregunto:
Por Dios! Como hizo?. Es que hoy en día es fácil, casi todo el mundo tiene
acceso a conservatorios, academias y escuelas de música, hasta por internet
puedes aprender a solfear, pero es que Julio Morillo lo trajo en el corazón, en
las venas, en la sangre, está en su ADN. Es el Pionero. El Maestro. Estoy
seguro que enseñó a muchos cantantes a cantar. Nunca lo ha dicho pero por mi
experiencia como Productor Musical sé que es así, no se necesita ser adivino
para saberlo.
También
investigué algo sobre él y hay otra faceta que el mundo musical, la historia vallenata
desconoce o no le ha dado la gana de reconocer: Su faceta como Productor
Musical. Julio Morillo ha sido el primer y más grande Productor musical que ha
tenido la música Vallenata. Óigase bien. Julio Morillo dirigió musicalmente y
Produjo musicalmente muchos de esos discos vallenatos antológicos e
irrepetibles que cimentaron la historia de nuestra música. Diomedes Díaz,
refiriéndose a su disco “La Locura” que grabó con Juancho Roís, en uno de los
versos de su bella canción “Mi Vida Musical” dice: ”A mi todavía me dicen que
es el mejor”. Y yo le digo a la historia: Ese disco, el que dicen que fue el
mejor de Diomedes Díaz lo dirigió Julio Morillo. Pero desafortunadamente no
aparecía en los créditos y me atrevo a asegurar que no obtenía tampoco remuneración
económica alguna como Productor Musical, porque eran épocas que nadie sabía que
eran un Crédito Musical, ingenuidad e ignorancia puramente provinciana que
además siempre fue aprovechada por los directivos de las diferentes disqueras
para aparecer ellos y terminaron haciéndose famosos a raíz del trabajo
silencioso, maravilloso y enorme de Julio Morillo. Entonces conocimos
“Directores Artísticos y Musicales” como Rafael Mejía, Humberto Vesga, Gabriel
Muñoz, Alfonso Abril, Fernando López, etc., quedándose tal vez sin mala
intención con los créditos del trabajo del verdadero Productor Musical y
Director Musical, Julio Morillo. Estos “Directores” apenas y de vez en cuando
asomaban sus caras por los Estudios de Grabación. Julio les entregaba el
trabajo hecho. Nadie me lo ha dicho pero soy Productor Musical y sé como
funciona esto. Pueden analizar que hoy en día el Crédito de Productor Musical
se respeta y ninguno de estos señores aparecen como tal. No desconozco y esto
que quede bien claro, que son muy buenos Productores Ejecutivos. Pero la
Producción Musical es otra cosa.
Por
eso rindo este pequeñísimo homenaje al MAESTRO, con letras grandes y en
mayúsculas, JULIO MORILLO. Algún día la historia le reconocerá el inmenso
aporte que le dio a la música vallenata, algún día le enseñaremos a las nuevas
generaciones el aporte de un PIONERO, en los Coros, en la formación de
cantantes y en la Dirección y Producción Musical, llamado Julio Morillo, quien
sembró valiosísimas semillas de mucho de lo que hoy se hace en materia de
vallenato. Por eso cuando los nuevos talentos en materia de canto me preguntan
sobre algún referente para seguir aprendiendo, les digo: “Si quieren aprender a
cantar y a hacer voces escuchen a The Beatles y busquen a Julio Morillo en los
coros de los discos vallenatos más importantes, cuando dominen eso, ya
aprendieron”.
No
conozco al maestro Julio, pero debe ser una persona de carácter humilde, ya que
si no lo fuera hace rato hubiese hecho alarde de todo lo que hizo y le aportó a
los más grandes cantantes del folclor vallenato. Espero pues que los Dirigentes
de nuestra tierra vallenata pongan a Julio Morillo en el sitial que se merece.
Su obra es palpable, ahí están los discos como evidencia donde brilla su
inconfundible Voz y su impecable y exitosa Dirección Musical.
Particularmente
uno de mis sueños como músico de mil batallas es conocerlo personalmente,
escucharlo y a lo mejor tener una tertulia para exprimirle algo de ese
conocimiento y talento natural que solo pudo haberlo traído del cielo. Espero
algún día lograrlo.
Julio
Morillo, el Más grande en su oficio, no tengo la menor duda. Mis respetos
MAESTRO. Su Voz nos enamoró y nos sigue enamorando, cuando en mi casa acá en
Bogotá lejos de mi amada tierra cesarence, escucho lo que muchos tal vez no oyen…
su inigualable talento. Cuando usted con esa voz de ángel y esa magia da una
“Serenata” y le dice a la vida: “Buenas noches mi amor, aquí está tu
enamorado”.
Fuente: http://portalvallenato.net/
No hay comentarios:
Publicar un comentario